jueves, 7 de octubre de 2010

Robert Edwards, padre' de la primera bebé probeta, Nobel de Medicina 2010

El premio Nobel de Medicina 2010 ha recaído en el investigador británico Robert Edwards, pionero en tratamientos de fertilidad. El premio reconoce su trabajo en las investigaciones sobre la fecundación in vitro.

A la izquierda el Dr. Robert Edwards y la primera bebe probeta con su bebe de verdad.

El instituto Karolinska de Estocolmo afirmaba en un comunicado que "sus logros han hecho posible tratar la infertilidad, una condición médica que afecta al 10% de las parejas en todo el mundo".
La doctora Anna Veiga, pionera de la fecundación in vitro en España, ha calificado de "una excelente noticia la concesión de este galardón para la gente que hemos trabajado en este terreno".
"Edwards merece el Nobel porque dedicó muchos años a la investigación sobre la fertilidad antes de materializar la técnica de fecundación in vitro", añade especialista en biología de la reproducción del Instituto Dexeus que señala que Edwards no es solo el padre de la fecundación in vitro, sino también "de todas las técnicas de fertilidad posteriores".
Los trabajos de este biólogo hicieron posible el histórico nacimiento de la primera "bebé probeta", Louise Joy Brown , el 25 de julio de 1978. El nacimiento de Louise estuvo rodeado en su época de polémica, por tratarse del primer caso de fecundación in vitro.
Junto a su colega Patrick Steptoe, que murió en 1988, tuvo que enfrentarse a la tremenda oposición de la Iglesia, el Gobierno y los medios de comunicación, así como al escepticismo de otros científicos de la época. A lo largo de los años, Edwards logró vencer todas estas resistencias sociales.
Para Anna Veiga "hubiera estado bien que el galardón le llegara antes" ya que Robert Edwards, nacido en 1925, sufre una patología degenerativa. "No está en su mejor momento, espero que pueda darse cuenta de lo que esto supone porque se lo merece".
La doctora Veiga es una de las responsable del nacimiento de la primera niña probeta en nuestro país en 1984. Explica que en aquellos años "teníamos el camino más abierto cuando empezamos a trabajar en los 80. Aunque era algo muy nuevo y el mayor problema era el gran desconocimiento social".

Veiga recuerda que tuvieron que enfrentarse a "algunos grupos que ahora también se oponen a la investigación con embriones", algo que "no nos impidió trabajar".
Asimismo la especialista en fertilidad reconoce que la mayor dificultad a la que tuvieron que enfrentarse fue "el esfuerzo para hacer entender a la sociedad aquello en lo que estabamos trabajando".
En todo el mundo hay unos cinco millones de 'niños probeta' y en España se estima que el 3% de los nacimientos se deben a estas técnicas de reproducción asistidas, lo que le coloca en el tercer país en Europa con más tratamientos de fertilidad, según el registro de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), sólo por detrás de Francia y de Alemania.
La investigadora apunta que los retos en las técnicas de fecundación asistida se enfocan a que "las parejas que tengan problemas para concebir puedan tener un niño sano de la forma menos invasiva y traumática posible" y señala que uno de los mayores problemas es tratar de reducir la "tasa de embarazos múltiples, que es excesiva y que pueden conllevar riesgos".


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