Los pintores flamencos del siglo XVII (Steen, Dou, Metsu,..) encuentran en la visita del médico al domicilio del paciente uno de los temas costumbristas que debió tener gran aceptación entre la burguesía de su tiempo, pues han llegado hasta nosotros numerosas versiones del tema.
La escena se repite de forma estereotipada. El médico, vestido elegantemente, toma el pulso de la paciente, que está recostada en una silla en su dormitorio. Una criada permanece atenta a la escena, cuando no mira de forma cómplice al médico, como en el caso de las enfermas del "mal de amores", que melancólicamente se reclinan sobre almohadones o parecen perder el sentido.
Casi idéntica escena se repite cuando el médico observa la orina del paciente (Dou), o cuando, un siglo más tarde, Van Heemserk nos muestra a un enfermo moribundo que yace en su cama y se encuentra rodeado de numerosa compañía y confortado por un religioso.
El dibujo está representado por una obra satírica inglesa del 18 (Dance Holland) o una ilustración gráfica norteamericana del cambio de siglo XIX al XX (Attending Physician).
Personajes históricos, mitológicos o literarios aparecen en otros cuadros de ambiente histórico, visitando (Esculapio) o siendo visitados (Alejandro Magno, Sancho Panza) por sus médicos. No parece muy feliz Sancho Panza ante la prohibición de los manjares que su condición de Gobernador de la ínsula Barataria le permitía disponerse a comer.
Para terminar, es el médico quien se indispone y debe ser confortado por el paciente en la humorística, y bella, versión de Vibert. El mismo asunto es tratado en el guión radiofónico "Pobre Don Ruperto" que también puede visitar en "El lado Humano".
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