El dengue es una enfermedad viral aguda transmitida por el mosquito Aedes aegypti, que se cría en el agua acumulada en recipientes y objetos en desuso. El dengue es causado por cuatro serotipos del virus del dengue: DEN-1, DEN-2, DEN-3 ó DEN-4; estrechamente relacionados con los serotipos del género Flavivirus, de la familia Flaviviridae. Esta enfermedad es más frecuente en niños y personas mayores, y se caracteriza por una fiebre de aparición súbita que dura 3 a 7 días acompañada de dolor de cabeza, articulaciones y músculos. Una variedad grave de la fiebre del dengue es el dengue hemorrágico (DH) que cursa con pérdida de líquido y sangre por trastornos de la coagulación. Ambas son enfermedades transmitidas por el mismo mosquito predominante en los trópicos, en África, norte de Australia, Sudamérica, Centroamérica y México; aunque desde la primera década del s. XXI se está dando en otras regiones de Norteamérica y en Europa.
El cuadro clínico de la fiebre dengue y la presentación de las diversas manifestaciones y complicaciones, varía en ocasiones de un paciente a otro. Después de un período de incubación entre 5 a 8 días, aparece un cuadro viral caracterizado por fiebre, dolores de cabeza y dolor intenso en las articulaciones (artralgia) y músculos (mialgia)—por eso se le ha llamado «fiebre rompehuesos»—, inflamación de los ganglios linfáticos y erupciones en la piel puntiformes de color rojo brillante, llamadas petequias, que suelen aparecer en las extremidades inferiores y el tórax de los pacientes, desde donde se extiende para abarcar la mayor parte del cuerpo.
Algunos casos desarrollan síntomas mucho más leves que pueden, cuando no se presente la erupción, ser diagnosticados como resfriado u otras infecciones virales. Así, los turistas de las zonas tropicales pueden transmitir el dengue en sus países de origen, al no haber sido correctamente diagnosticados en el apogeo de su enfermedad. Los pacientes con dengue pueden transmitir la infección sólo a través de mosquitos o productos derivados de la sangre y sólo mientras se encuentren todavía febriles.
Los signos de alarma en un paciente con dengue que pueden significar una colapso circulatorio inminente incluyen:
· Distensión y dolor abdominal
· Frialdad en manos y pies y palidez exagerada
· Sudoración profusa y piel pegajosa en el resto del cuerpo
· Sangramiento por las mucosas, como encías o nariz
· Somnolencia o irritabilidad
· Taquicardia, hipotensión arterial o frecuencia respiratoria alta
· Dificultad para respirar
· Convulsiones
DIAGNOSTICO
Existen dos tipos de dengue, el clásico y el hemorrágico. Después de un periodo de incubación de 2 a 8 días, en el que puede parecer un cuadro catarral sin fiebre, la forma clásica se expresa con los síntomas anteriormente mencionados. En lactantes y escolares estos síntomas son benignos y pueden pasar inadvertidos. La fiebre dura de 3 a 5 días. Clínicamente, la recuperación suele acompañarse de fatiga, linfadenopatía y descenso de los glóbulos blancos con linfocitosis relativa. El recuento de plaquetas bajará hasta que la temperatura del paciente sea normal. En algunos casos, se observan trombocitopenia (menos de 100.000 plaquetas por mm3) e incremento de las aminotransferasas.
Los casos de dengue hemorrágico muestran mayor fiebre acompañada de fenómenos hemorrágicos, trombocitopenia y hemoconcentración. En una pequeña proporción de casos se experimenta el síndrome de shock por dengue (SSD) el cual, sin atención médica, puede causar la muerte en cuestión de 4 a 8 horas. La definición de la OMS de la fiebre hemorrágica de dengue ha estado en uso desde 1975. Los cuatro criterios necesarios para diagnosticar la enfermedad son:20
· Fiebre
· Tendencia hemorrágica (prueba de torniquete positiva, hematomas espontáneos, sangrado de las mucosas, encías, el lugar de la inyección, etc; vómitos con sangre o diarrea sanguinolenta) y trombocitopenia (menos de 100.000 plaquetas por mm3 o realizando la estimación con menos de 3 plaquetas por campo de alta resolución en la observación microscópica).
· Prueba de fugas de plasma (hematocrito más de un 20% superior a lo previsto o caída de hematocrito del 20% o más del valor inicial, después de la infusión de líquidos por vía intravenosa, como consecuencia de derrame pleural, ascitis e hipoproteinemia).
· Síndrome de shock por dengue (SSD), que se define como el dengue hemorrágico, más:
· Débil pulso acelerado,
· Reducción de la presión del pulso (menos de 20 mm de Hg) o,
· Frío, piel húmeda y agitación.
Como estudios complementarios, la serología y la reacción en cadena de la polimerasa RCP suelen ser usados para confirmar el diagnóstico del dengue.
El dengue puede afectar también la menstruación, alentándola o en algunos casos graves, favoreciendo el desangrado de la persona a causa del dengue hemorrágico.
Esto se debe a la baja producción de hormonas (principalmente estrógenos) durante el periodo de la enfermedad.
TRATAMIENTO
No hay un medicamento específico para tratar esta enfermedad. La base del tratamiento para esta enfermedad es la terapia de apoyo. El aumento de la ingesta de líquidos orales se recomienda para prevenir la deshidratación. Para aliviar el dolor y la fiebre es muy importante evitar la aspirina y los fármacos antiinflamatorios no esteroides, ya que estos medicamentos pueden agravar la hemorragia asociada con algunas de estas infecciones, por sus efectos anticoagulantes, en su lugar los pacientes deben tomar paracetamol (acetaminofén), aunque éste es sólo un paliativo.
IMAGEN TOMADA DE : http://argentinadengue.blogspot.com/2009/11/como-puedo-prevenirme-del-dengue.html
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